Si os digo la verdad hasta un mes antes de que se celebrara Eurovisión había escuchado el nombre de Conchita Wurst por muchos sitios, pero no le ponía cara, hasta el momento que busqué fotos en internet y… ¿Barbas? Un hombre que quiere ser mujer, pero ¿qué se deja las barbas? No entraba en mi cabeza ese concepto, sin embargo, en mí causo pura curiosidad. ¡Si parece la mismísima Kim Kardashian con barba! Eso sí con un culito mucho más natural.
Hasta tengo que confesar que ayer le dije a mi madre algo así como… espera no cambies de emisora que ahora canta una que tiene barbas ¿barbas? Sí hija barbas… pero entonces ¿es un hombre no? Digo no, bueno sí hombre, pero que parece mujer, pero sí con barbas… vaya batiburrillo. El hecho es que mi madre no se separó de la tele hasta llegado el momento estelar de Conchita Wurst.
No cabe duda que hoy en día el hecho de causar escándalo sea para bien o para mal no deja de ser un buen reclamo publicitario, hay personas totalmente a favor de este chico o chica y hay otros tantos que rechazan totalmente el hecho de utilizar su transexualidad para crear espectáculo.
La mujer con barba de Eurovisión, Conchita Wurst
El hecho es que con barbas o no tiene una preciosa voz y la canción le venía «de perilla» y claro como no se llevó el premio y ayer visto se coronó como la ganadora, ganador…del mítico Eurovisón.
Su canción “Rise Like a Phoenix” una balada impresionante que era sí o sí para lucir voz a raudales, he de reconocer que escuchándola o escuchándolo ¡se me pusieron los vellos de punta! Y a mí si se me ponen los vellos de punta es que eso vale y ¡mucho! Además, acompañó una preciosa puesta en escena en la cual, pues eso parecida la mismísima Ave Fénix resurgiendo de sus cenizas.
Detrás del fenómeno Conchita Wurst está Thomas «Tom» Neuwirth un austriaco de 25 años ya era conocido por participar en distintos talents shows y realities que ha hecho que Austria se lleve el premio de Eurovisión el cual no ganaban desde 1966.
Gusté su imagen o no lo que sí creo que es indudable que muchas veces es necesario ponerse barbas o llamar de alguna manera la atención para hacerse hueco y destacar en este caótico mundo lleno de demasiadas caras iguales.